... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

Proyectos


Si el año pasado finalizó con la publicación de un relato en Blogs de Papel, con el propósito de buscar editor para mi novela En Ángulo Muerto (cosa en lo que sigo empeñado) y con acabar el cuento de El Hombre Sin Tildes (hecho que se consumó el pasado verano), este nuevo año comienza con el deseo de encontrar editoriales para ambos manuscritos y con el empeño de acabar o perfilar tres más.

Entre relato y relato que sigo poniendo en Scriptoria me sigo devanando los sesos para darles forma a nuevos proyectos.

El primer proyecto, también el más avanzado, es una colección de cuentos. Algunos aparecieron incompletos en Scriptoria, como la Historia del Hombre Muerto, El Hombre con Dos Ombligos o El Hombre de Papel. Otros son inéditos, como El Relojero de Maine, Melocotones Rodantes, El Vendedor de Recuerdos, una serie de Cuentos Terribles con dos finales, un par de cuentos de terror y unas Cartas de Amor para una despedida, entre muchos otros.

El segundo proyecto es una novela corta de la que aún tengo que cerrar la trama. Se titula El Lamentable Descenso de Henry Norton. A principios de los ochenta Henry Norton escribe el final de su tercera novela y recibe una llamada telefónica de un desconocido que le informa que su mujer, desaparecida hace una década, está viva. A partir de entonces comienza a recordar lo ocurrido en los últimos años: drogas, jazz, alcohol y fiestas en la casa de un amigo, un cadáver del que se deshicieron... la desaparición del dinero que recaudó con la venta de sus primeras novelas. ¿Hay alguien interesado en que no ponga fin a su tercer manuscrito? Y, si es así... ¿por qué?.

Comencé a escribir en papel El Lamentable Descenso de Henry Norton como si fuese un entretenimiento en mis tardes de cafés solitarios. Y sigo divirtiéndome de lo lindo con él.

El tercer proyecto es una novela llamada Los Cipreses Doblados y para componerla he partido de una historia familiar que me reservo. Una tarde estaba paseando por el cementerio del pueblo, hacía sol y viento, y me di una vuelta por las calles del camposanto hasta dar con las lápidas de mis antepasados, recordé las historias que me habían contado sobre ellos, y vi que entre lápidas estaban todos unidos, por algo, por historias que quizás nunca saliesen a la luz. Alcé la vista y vi balancearse con furia las copas de los cipreses, testigos innatos de algo. Era como si se torcieran para mirarnos, a mí, a los muertos. Y comencé a crear una trama, a partir de lo que sé de mi familia y de preguntarme el por qué, el por qué con nosotros también acaban enterradas las pequeñas historias imperceptibles de nuestros días.

Cuando llega el final de un año a mí me gusta usar una palabra corta para brindar y ver con buenos ojos la llegada de uno nuevo. Una palabra que englobe a todas las disciplinas y a todo lo que deseeis y soñéis. Tiene cinco letras:

"Éxito"

Os lo deseo, amigos... en todo.

*foto de aquí

Cogiendo Setas en la Luna

Música: Que feras tu de ta vie (Stacey Kent)

"Me gustan las mujeres que tocan instrumentos musicales. Me gusta ver cómo acomodan el violín en el hueco de sus cuellos y mueven el brazo sobre él, deleitarme en sus dedos, como cuando acarician las teclas de un piano, o las cuerdas de una guitarra. Me gusta ver los brazos femeninos desnudos. En ese aspecto soy fetichista. Para mí el pelo de la mujer es un instrumento musical.

Hace años, mientras hacía prácticas en un instituto, la directora me dijo que tenían a un alumno problemático al que no podían enderezar, lo tuve varias horas en la biblioteca, y el chico no paraba de dibujar al carboncillo mientras yo le daba clases de apoyo. La directora siempre me contaba entre risas que el padre de ese chico le decía que su hijo, de mayor, sería un gran artista.

Una vez, cuando cursaba E.G.B., el director llamó a mi padre después de ver el resultado que yo había dado en uno de esos test psicotécnicos que tantos quebraderos de cabeza me daban. Mi padre entró, la puerta del despacho se cerró y yo me quedé esperando como una lechuza en la lobreguez del vestíbulo. Media hora después mi padre y el director salieron sonriendo, se dieron un apretón de manos y se guardaron para siempre lo que hablaron de mí.

Conociendo a mi padre... seguramente que nunca se le ocurrió decirle a ningún director de colegio que yo sería un artista, y es muy probable que nunca tuviera la necesidad, la creencia o el impulso de decirlo, o sí.

Todavía estoy buscando la definición correcta para artista.

A menudo pienso en aquel chaval que querían enderezar, y en los brazos desnudos de una mujer recogiéndose el pelo, recrearme en ellos es como volver a estar solo en mitad de la incertidumbre de aquel vestíbulo, eso... o soñar que estoy cogiendo setas en la superficie de la Luna."

*foto de aquí

Quizás Unas Lágrimas


"Mi respiración entrecortada,
una sonrisa,
otra,
quizás unas lágrimas.

Una caricia en el rostro,
tu dedo en mis labios,
besos volando,
tu olor en mis manos...
tu vientre hecho lazo."

Ya está. Bueno... borra el quizás de unas lágrimas.
*foto de aquí
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Sigo con la etiqueta Lena (Abril ya está más cerca).

La Delgada Línea Roja


"Cállate. Es absurdo que me mientas.

Sé que piensas en mí cuando te acuestas con otros. Sí, no me mires así. Cuando otras manos te recorren tú aguantas la respiración, cierras los ojos e imaginas que son las mías. Las lenguas de esos inútiles jamás podrán hacer que te corras como lo hizo la mía, ni llegan tan hondo, ni se mueven tan rápido. Las ganas con las que aprietas sus cabezas contra tu coño no son las que empleaste conmigo, y lo sabes.

Mírame.

Todavía te acuerdas de todo, como si hubiera pasado ayer, lo veo reflejado en tu rostro: estás sedienta de mí. No lo niegues con la cabeza, escúchame, ninguno te va a llamar puta como yo lo hago, al oído, casi dejándolo caer en tus cabellos para que lo recojas cuando la noche haya caído por completo.

No llores, cariño.

Ven aquí, ninguno te va a azotar como yo lo hacía, en perfecto equilibrio sobre esa delgada línea roja que hace de frontera entre lo que tú llamas placer y todas las demás zorras que me he follado llaman daño."

-.-

Y más sobre El Hombre Sin Tildes... aquí


*foto de aquí.

Nieva En Mis Manos


"Lacero mis cuentos con las ganas de tenerte, y
en ellos soplo tus sueños, mis surcos, los besos.
Nieva en mis manos... y es que
Abril nunca estuvo tan lejos"

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Y con esta entrada... estreno nueva etiqueta.


*la foto es un detalle de esta imagen.

Coitus Interruptus


El otro día comencé a ver fotos antiguas y había una en blanco y negro en la que aparecía yo de pie, sobre un sofá, en calzoncillos (no temáis, yo tenía casi 6 años). Y detrás de mí había un tapiz colgado de la pared. Recuerdo ese tapiz porque me solía subir al sofá, me ponía de cara a él y alzaba los brazos como un obseso compulsivo para acariciarlo. A mi madre le daba un coraje monumental que yo hiciera eso y para dirigirse a mí formaba frases con la palabra telele (¿?). Llegado a este punto he de informaros que yo, de pequeño, hablaba muy poco.

Al cabo de un tiempo me compraron un caballo de juguete, de esos que te montabas y el bicho te balanceaba sin parar.

- ¿No te gusta el caballito? - preguntaba mi madre sonriendo.

Y yo me subía y empezaba a tirar de las riendas y a balancearme como un poseso hasta magullarme las ingles, con tanto ímpetu que ni San Jorge dando muerte al Dragón. Pero luego volvía a mi sofá y levantaba los brazos para seguir adorando a mi tapiz como si fuese mi particular monolito negro.

- Pero, niño, hijo... bájate del sofá, móntate en el caballito, en el caballito...

Pero yo apenas le hacía caso, seguía ahí, subido al sofá a la mínima de cambio, frota que te frota. Y es que a mí no me gustaban los caballos, a mí me gustaba la textura de mi tapiz que, por cierto, era horroroso a morir con esos corceles blancos de fondo galopando sobre un río embravecido...

*foto de aquí

El Fantasma de Silver Place

(Ya sabes... Apunta al play y dispara, vaquer@)

Música: Man with Harmonica (Ennio Morricone)

Aún no se había apretado un sólo gatillo en la calle principal de Silver Place pero, al respirar, el aire ya quemaba a fuego y a pólvora. Una repentina corriente de viento remolineó en torno a sus piernas y un puñado de arena seca levantó el vuelo, dispersándose en una nube difusa a la altura de su cabeza.

Las espuelas del sheriff brillaron en plata sucia, ensangrentadas en rojo por los golpes que le había dado al vientre de su caballo. No quería llegar tarde a la cita y ahora esperaba temblando en mitad de la calle.

La barbería había cerrado, los establos eran sepulcros, ni el vaho matutino de los caballos irrumpía en el viento. La cantina era un desierto de borrachos abstemios, y en el burdel las putas se vistieron de negro y se convirtieron en monjas de clausura que rezaban salmos rotos en silencio.

El viento silbó un nuevo remolino y unos rastrojos secos barrieron el camino plagado de nubes que llevaba a Wichita Lake, nido de cuervos. Entre el sheriff y el final del camino sólo había lugar para el miedo. Entonces un rayo de sol se filtró entre las nubes grises y cayó sobre un jinete negro. Apareció lento, como un fantasma sobre la línea del horizonte, como surgido de la tierra roja del infierno. Espoleó a su corcel y se dirigió al pueblo, donde las gotas de lluvia comenzaban a mojar los tablones de las casas.

"El dinero en dos sacos, a treinta yardas del poste de telégrafos". Esa era la regla. El espectro negro llegó a la altura de ellos y se inclinó sobre su montura para recoger el botín. Cruzó la calle como una exhalación y desapareció. Y Silver Place volvió a la vida.

Una vez lejos, el jinete bajó de su caballo, se acercó al borde del río y dibujó una sonrisa reflejada en el agua al recordar cómo le llamaban... William H. Bonney, aunque de niño no tenía nada. Se quitó el sombrero y una melena rubia cayó en cascada sobre sus hombros, luego se arrodilló sobre unas rocas. Se moría de ganas por darse un buen baño, así que se quitó el guardapolvo, se desabrochó el chaleco, sacó su cuchillo y comenzó a cortar las vendas que apretaban sus pechos.

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Y más sobre El Hombre Sin Tildes... aquí.


* foto de aquí.

Porca Miseria


Música: Metallica - Nothing Else Matters
Letra

"¿Todavía te acuerdas de mí? Me dejaste tirada hace justo un año, aunque puede que creas que ha pasado algo menos. Pero yo recuerdo la fecha perfectamente. No te voy a refrescar la memoria con los desplantes que me hiciste. Con cada una de las veces que te supliqué al teléfono que me tuvieras en cuenta, la de veces que quise ir a verte y tú te quedabas en silencio al otro lado, y cuando me colgabas y me dejabas llorando reías como una hiena a cara de tus efímeras conquistas que todo estaba perfecto.

Algún día pagarás por tus desplantes, mi suerte es no estar para verlo porque... soy humana y me dolería ver cómo sufres de otra lo que yo te he sufrido. Ya no me duelen ni tus te amo ni las canciones que escuchábamos, y casi no recuerdo de qué color era la corbata que te manché con el carmín de mi primer beso. Tengo que esforzarme en recordar tus dedos comiendo o el candor de tu aliento... cuando me viene lo siento como un hedor a podredumbre, a carne putrefacta pegada a huesos.

Lo querías todo, me querías toda, me ofrecí entera y me cortaste en rodajas cuando ya no te hacía falta. Titiritero, farsante, vendedor gratuito de palabras y falsa percha de disfraces vistosos y escondidos tras la peor de las mentiras. Sólo eres un jugador nefasto que apuesta por intuición para retirar las cartas luego.

Un peter pan de plástico.

Y, si lo pienso bien, una puta al fin y al cabo. Eres una puta que se vende a todos por gusto y barato; la mayor de las sucias putas de deslucido lujo encerrada en un cuerpo de hombre sin escrúpulos."

*foto de aquí.

El Demonio No Te Reconocería...

(Lee este relato mientras escuchas esta canción. Es probable que tengas que tener cuenta en imeem para oírla por completo)

"Es ahora, envuelto en la oscuridad de este cuarto y mientras apago mi último cigarrillo, cuando recuerdo lo que nos decíamos por debajo de las sábanas, cosas que se escurrían entre nuestras sonrisas y la irrealidad vivida. El rencor disfrazado de caricias revestía nuestras pieles tapando todo lo verdadero, como las cortezas protegen a los árboles de la desidia.

"Deja de escribir esas cosas" dijiste.

Y yo lo único que quería era sentarme en aquel taburete y verte salir del baño, desnuda, mojada de arriba a abajo. Nunca lo permitiste... nunca.

"¿Dejarás de escribir?" preguntaste.

Espero que lo pienso en un susurro (sólo para mí):
Antes muerto.

Y tras mi silencio te deslizaste como una serpiente y te enroscaste a mi cuerpo para ahogar tu deseo y paralizar mis movimientos. Mi pluma cayó al suelo y la tinta de mi libreta se secó en un destierro.

Eras lengua bífida.
Eras Eva del revés y el mismísimo Demonio del derecho.
Eras... ya ni lo recuerdo.

Y a mi cabeza volvieron todos mis despertares de corazón latiendo con fuerza, agolpado en mi garganta. Tú no lo sabes pero en esta partida soy yo el que guarda el último As en la manga de mi chaqueta.

Y puedes vestirte de dama,
puedes vestirte de clave de sol,
puedes hacerlo de estrella,
puedes vestirte toda tú... de amor.
Puedes vestirte de piedra,
y pasar desapercibida,
o enfundarte el vestido más bello que tengas que...

... como dice la canción:
El Demonio no te reconocería... pero yo sí."

*foto de aquí

El Hombre de la Lluvia


"En una casa cualquiera de un pueblo cualquiera y de un país cualquiera vivía un hombre solo, que podía haber pasado por un hombre cualquiera si no fuese porque era el fotógrafo del pueblo. Una tarde decidió salir a fotografiar la lluvia, quería guardar en la retina de su cámara las gotas cayendo del cielo.

Salió sin paraguas y la lluvia le empapó por completo, de la piel a los huesos, y al llegar a su casa quiso secarse y no pudo. Se quitó su ropa y, desnudo, se frotó con una toalla... pero las gotas de lluvia siguieron impregnadas sobre su piel. Las veía sobre ella como si todavía estuvieran cayendo del cielo, a la misma velocidad, enturbiaban su torso, su cara, sus piernas y brazos.

En los días siguientes el fotógrafo volvió a salir a la calle, y bajo su lluvia la gente dejó de distinguir su silueta, formada por completo por gotas cayendo... imposibles de secar. Se estaba perdiendo debajo de ellas.

El hombre se buscó en fotos que se había hecho, en retratos, en libros, en vídeos, incluso en escritos y recuerdos. Se miraba al espejo y era sólo lluvia cayendo. Entonces miró de frente a su cámara y se vio allí reflejado, en la retina del ojo que formaba el objetivo. Allí dentro estaba todo lo que había sido.

Afuera...
... sólo quedaba la lluvia cayendo en el lugar de su cuerpo."

*foto de aquí

En Crisis de Ti


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Pincha aquí para ver el texto a mayor tamaño

Por los Pasillos del Metro


Miguel me ofreció hace tiempo su blog para mostrar algún escrito que tuviera relación con Madrid. Guardo desde hace mucho algunos textos sobre la ciudad que ha sido como mi segunda casa (textos que no salieron en Scriptoria). Así que le doy las gracias a Miguel por darme la oportunidad de exponer una muestra de lo que escribo en su blog Mis fotos de Madrid.

Hoy, para leerme y para disfrutar de sus fotografías, tenéis que pinchar aquí.

Gracias.

* la fotografía es del blog de Miguel.

Fin de Trayecto

(Aconsejo encarecidamente oír esta canción mientras se lee el texto, con esto acaba Apocalyptica)
Letra

"La carretera sólo mide los cinco metros iluminados por los faros de mi coche. Llevo conduciendo durante una hora, pero siento que no son mis manos las que están al volante. A las afueras del pueblo todo ha cambiado drásticamente.

Me gusta conducir agotado porque alrededor tuya todo cambia, y es cuestión de unas milésimas de segundo que te vayas al otro barrio. Eso sí es estar al borde de toda la puta pantomima de vida que nos rodea.

Llego. Voy más lento. Es de noche y al fondo, recortados en el cielo, se distinguen los campanarios de las iglesias; se ven bien porque están ardiendo. Y las llamas son como las melenas incendiadas de mujeres que murieron en la hoguera sin cometer pecado alguno.

Miserias.

Reduzco. Voy más lento.
A la izquierda unos críos ríen y corren haciendo volar unas cometas blancas de las que cuelgan unos hilos rectos. Las cometas mutan en dragones que lanzan llamaradas hacia el suelo, las cabezas de los niños estallan, se paran y sus cuerpos decapitados me dicen adiós con un leve movimiento de mano.

Sigo conduciendo, más lento. Más cerca del pueblo.
Y en mitad del charco inmenso que forma la bahía se levanta una ola gigantesca, ciclópea, que si rompiese en ese mismo momento se tragaría al pueblo entero. Pero está parada como si fuera un reloj muerto, amenazante... aunque las aguas siguen fluyendo desde su cresta a los pies, quedándose atrapadas en la orilla de tus sueños.

Entro en el pueblo.
Gente sin cabeza espera a un autobús sin parada.
Los árboles marchitan sus hojas en corazones sanguinolentos.
Y las calles cambian de nombre y de dirección... según les dictan los susurros que les sopla el viento.
Una bandada de libros abiertos vuelan rasos a un palmo del suelo, baten sus tapas y alzan sus mejores cuentos para escapar a un mundo donde el amor sea tan solo un centímetro cuadrado de tu piel, desgastada por mis besos.

Llego al centro del pueblo, salgo del coche y levanto la vista a los campanarios que arden, las campanas redoblan en fuegos, y con cada redoble un recién nacido surge de ellas y cae desde las torres, lloran durante el corto trayecto y mueren al golpear el suelo.

Y una anciana de ojos negros mira a las campanas, se echa las manos a la cabeza y me grita:
- ¡Míralas, míralas... están pariendo!.

Y el asfalto se va llenando de recién nacidos muertos, que nunca sabrán de qué color son las olas que fueron del mar... o las nubes que surcaron los cielos."

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Sigo hablando de "El Hombre Sin Tildes"... aquí

*foto de aquí

Existe un Lugar (III)

(Puedes leer esta tercera parte sin haber leído antes Existe un Lugar I y II, no tienen nada que ver)

"
Existe un lugar donde los médicos precognizan todos los infartos de miocardio una hora antes de que ocurran. Donde los enfermos que mueren lo hacen sin dolor, a cambio de que los sanos lloremos su sangre.

Existe un lugar donde todos los putos cánceres se curan con un soplo de nuestro aire. Y las enfermeras se visten de colores para recibir a los niños que han perdido sus sonrisas al entrar en los hospitales.

Existe un lugar donde este montón de basura (y todos sus secuaces) muere asesinado nada más nacer, estrangulado por el cordón umbilical que tensa su propia madre. Donde a los mequetrefes, casposos y embusteros se les caen las lenguas a pedazos justo después de haber vilipendiado a medio mundo y haber reído a lo ancho.

Existe un lugar donde tus ojos son del color inverso a un arco iris y no pueden ver ni el azul del cielo ni del mar, ni los verdes campos... ni todas las maravillas que los enfermos y asesinados se perdieron."

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Y mis gracias a guillermo elt por este magnífico dedicado :)

Despertar a Distancia


"Desperté en un lugar donde las puntas de los cipreses rozaban las cimas de las montañas. No estaban juntos, los separaban cien kilómetros de distancia. Pero al amanecer abrí los ojos y miré por la ventana y me pareció que las rozaban. Los cipreses se alineaban a un tiro largo de piedra de tu casa y, detrás, las montañas se erigían azules, tras las lanzas verdes de sus cuerpos balanceados por el viento.

Por un momento pensé que nada más existía en nuestro mundo. Sólo los cipreses rascando las cimas altas, lejanas, y, más arriba, un pedazo infinito de cielo blanco y brumoso. Aparté mis ojos y de regreso mi vista cayó sobre la almohada, junto a unos cabellos negros y a unos labios cerrados, tuyos, que todavía dormían las heridas de nuestra batalla."

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Y más sobre El Hombre Sin Tildes... aquí

*foto: AdR

Descenso


Todavía recuerdo aquella noche en la que llovieron ángeles del cielo. Nadie puede olvidar algo así. Era la madrugada de las lágrimas de San Lorenzo y nos habíamos reunido a las afueras del pueblo, justo donde empiezan los campos de trigo.

Entonces comenzó la lluvia de estrellas y alguien dijo que una parecía haberse precipitado a tierra, perdiéndose en el horizonte. La mayoría de los presentes no le hicimos caso pero, al cabo de unos minutos, comenzaron a caer más estrellas, de una manera vertiginosa y sin descanso. Cada vez caían más cerca, y dejaban una estela de humo blanco que se iba disipando en el cielo nocturno.

Una de esas cosas cayó junto a nosotros, a algo más de doscientos metros; era como un pedazo sólido de nube blanca y cuando golpeó la tierra levantó polvo, arena y piedras. Corrimos al lugar para verlo y todo estaba envuelto en una sedosa niebla blanca, cuando comenzó a disiparse vimos a la criatura.

Estaba de pie sobre el suelo chamuscado y vestía unos ropajes blancos a modo de túnica. Debía medir algo más de tres metros y su globo ocular era negro, por completo.

Desplegó sus alas blancas y muchos comenzaron a gritar que estaban cayendo ángeles del cielo y que el juicio final había llegado. Entonces la criatura abrió la boca para hablar y de ella salió un embudo de negrura tan fulminante y cegador que nos obligó a cerrar los ojos, para siempre. Tras aquello comenzaron a oírse grietas abriéndose en la tierra y los mares precipitándose en ellas, las torres se desmoronaron sobre pueblos enteros...
... y los vientos... comenzaron a soplar con fuerza sobre la arena del desierto.

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"El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra. Y se le dio la llave del pozo del abismo" (Apocalipsis, 9.1)

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¿Queréis oír Sucio Vecindario en la Radio de El Murmullo de las Cucarachas?
Pinchad aquí. A partir del minuto 26, y en la voz de, nada más y nada menos que... Belén (gracias por hablar así de mí, ¡no lo merezco! :P y por elegir ese texto, y gracias también a las cucas).

*foto de aquí

Raíz Cuadrada de Mí


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*... y más sobre El Hombre Sin Tildes... aquí*

Existe Un Lugar (II)

"Existe un lugar donde los curas comulgan con ruedas de molino y cagan estorninos decapitados. Donde nuestros dedos son alambres de espino y abrazarnos supone repartir nuestro amor con un látigo.

Existe un lugar donde cada hombre se enamora de una puta, y ésta del hombre equivocado. Donde todos estos asesinos sufren el dolor de las familias que desmembraron y cada gota de lluvia que les cae del cielo es un clavo en sus espaldas recordándoles sus pecados.

Existe un lugar donde los perros juegan al póker apostando el caviar de beluga que tiran a la basura sus dueños. Donde el cielo es tan rojo que la sangre humana palidece en blancos rotos al brotar a borbotones de unas venas apuñaladas.

Existe un lugar donde tu espalda es el mapa de los deseos que siempre había soñado, y recorrerlo es como navegar de isla en isla, impulsados en un barco por los besos que nos damos."

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Por cierto... continuo con el así se hizo El Hombre Sin Tildes... aquí (y en un par de días un nuevo post)

Poe resucitado


"Es madrugada y estoy solo, tumbado en mi cama. Leyendo.

A veces leo a Joyce.

Y en las noches más oscuras leo a Poe.
Hoy es Poe.
La luz del flexo rojo parpadea y se hace el silencio, absoluto.

De sepulcro.

Miro las páginas del libro y las letras tiemblan, como queriendo ampliar los huecos que hay entre ellas:

"It was a many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee"*

La luz vuelve a parpadear y se apaga.

Silencio.

Y al momento un zumbido atronador, incesante, irrumpe en el exterior, desde la nada. Es como un torbellino de millones de patas de insectos golpeando la ventana del dormitorio. Un ulular infernal de animales vivos y muertos que ciega el oído.

Sordo.

Me levanto entre la penumbra y Poe cae al suelo, creo que ha muerto.
Descorro las cortinas y miro. Una nube de cigarras y langostas arrasa todo cuanto encuentra a su paso...

... coches, palmeras, casas...

Esta noche elegí mal. Joyce acaba de morir, Poe vive."

*Texto completo de Annabel Lee
*foto de aquí

Existe Un Lugar (I)

(Con este texto doy comienzo a una serie de relatos agrupados bajo el nombre de Apocalyptica. Sanitarium, que ya apareció en Scriptoria en Noviembre del año pasado, forma parte, por su naturaleza, de este relatario. Serán un total de 7 textos, el mismo número que los sellos del Apocalipsis)

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"
Existe un lugar donde todas las madres son putas. Y todas las putas se creen reinas, y cuando van a serlo mueren un segundo antes de ser coronadas en su reino.

Existe un lugar donde eyaculo nada más penetrarte y no puedo pasarme horas follándote. Donde El Hombre Sin Tildes viola a niñas rubitas de 11 años y mata a gente por encargo.

Existe un lugar donde llueve boca arriba y los pájaros caen en picado partiéndose el cráneo contra el asfalto. Donde la oscuridad es tan blanca como el flujo que cae en cascada de tu sexo caliente y follado.

Existe un lugar donde los políticos lloran y vomitan todo lo que robaron con un apretón de manos y una sonrisa falsa en los labios.

Falsos.

Y donde este hombre abre la boca y los tanques del mundo se convierten en nubes de mariposas blancas que salen volando.

Existe un lugar donde puedes seguir viviendo después de que te haya arrancado los sesos y me haya hecho una brocheta con ellos. Y el aire que insuflaron nuestros besos levite entre tú y yo, ardiendo sin descanso."

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Bueno, y algo más sobre la historia de *El Hombre Sin Tildes* pinchando aquí

Relamo Mi Boca


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Para ver la imagen a mayor tamaño haz click aquí

De Surcos y Suspiros


Música: Frederic Chopin - Nocturne (strings)

Mientras el piano acompaña al violín y crean este nocturno (irrepetible en la historia de la música) imaginad que en un pueblo costero hay un taller, que dentro de ese local se ha quedado, a medio tallar, los perfumes nuevos de la caoba y de la madera de cedro. Que el taller es de un hombre silencioso y semblante serio que se encerraba allí a diario y dejaba que la música guiase sus virtuosas manos para crear formas, figuras... y majestuosos surcos, hojarascas y volutas que se erigían altas en la madera virgen.

Imaginad que ese hombre talló la crestería y los faroles de este paso, entre muchas... muchísimas otras obras que atesoró en su casa y que nunca mostró al público.

Y, si seguís imaginando así, podréis incluso ver cómo los buriles, los cinceles, las gubias y los martillos... siguen tallando (ellos solos), levitando al son que marcan las cuerdas del violín, aquella obra huérfana que ha quedado sobre la mesa del artista.

Imaginad también, y sentidlo, que el último suspiro del tallador se derramó por el alféizar de su ventana, viajó por las calles del pueblo hasta su taller, serpenteó en el aire, entre sus herramientas, y se transformó en un surco sobre la madera inacabada; un surco que talló en un susurro la última y la más bella de las volutas de caoba.

Si imagináis todo eso... imaginaréis bien.

*foto de aquí

Tenderly


(Y mientras te imaginas esta escena, y lo que viene después, escucha Tenderly)

- ¿Me acerco a esa chica y le doy esto que acabo de escribir?
- A ver...

Coge la libreta y lo lee en silencio.

- Joder, sí... hazlo.
- Mejor no.
- Sí, joder, hazlo. Mírala, es preciosa.
- No, no... me lo voy a guardar.
- Capullo.

Pasa un minuto.

- Bueno, vale... lo voy a hacer. Se lo voy a dar.
- No, no... espera - me dice agarrándome del brazo y sin dejar de mirarla.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?.
- Creo que se lo vas a tener que leer.

*foto de aquí

La Espera de unos Labios


Música: Gnossienne 3 (Satie)

Él.

"Recuerda cada uno de sus besos. Su boca moldeando sus labios y dándole el calor justo para mantenerle vivo de ilusiones durante... años.

Es tarde, él se va a dormir, soñando. Soñando que espera sin prisas, que ella puede tardar la vida entera porque él permanecerá helado pero se mantendrá caliente bajo la nieve, recordando la sonrisa que le dibujaban sus labios.

Es tarde, él se va a dormir, soñando."

Ella.

"No quiere tardar su vida entera. No quiere eso.
Va a su encuentro.
Hace calor sobre la nieve, pero sus labios están fríos.

Cava hasta encontrar su pelo mojado.
Va a besarle.

Él despierta.
Ya no es tiempo de relojes varados."

(recordando a... Dodecaedro, del Relatario de Scriptoria)

*foto de Jack Vettriano

Michelle


Música: Michelle (The Beatles)
Letra

"Todavía recuerdo cuando la estrechaba contra mí después de hacerle el amor, ella se acurrucaba sudando en mi pecho y entonces yo la rodeaba con mis brazos. Era muy pequeñita, apenas me llegaba por el hombro... la recuerdo como una niña que jugaba a ser mujer, o al revés, quizás fuese una mujer que jugaba conmigo y me hacía creer que yo era un hombre. A mí siempre me ha pasado eso con todas las mujeres que he estado. He dudado de sus intenciones...

Pero la quería ¿saben?, la quería mucho. Más que a todas las demás. Primero fue el deseo de tenerla, de colmarla a besos, luego de llenarle la vista de regalos caros. Y yo me quedaba con lo que me daba a cambio: su sonrisa. Eso, sólo eso, me bastaba para seguir viviendo.

Pero llegó el día en que dejó de sonreír. No sé por qué razón, pero no me gustó. No me gustó nada. Por eso cuando se fue de mi lado no lo pude soportar. Fui a buscarla, la encontré en la linde de aquel bosque, donde ya se acaban las casas. La seguí, la perdí, la volví a encontrar y me dijo que ya no quería verme y yo... y yo...

Bueno... aquí estoy, esperando el paso del tren de las 15.43, que siempre llega puntual.
Ay, mi Michelle... ¡qué lastima de mi Michelle!... con lo que a mí me gustaba verla despertar... con lo bien que cantaba en francés..."

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Y el nacimiento de El Hombre Sin Tildes... aquí

*foto de aquí

El Hombre de Papel


I. Nacimiento

"En un bosque cercano rumiaban las ramas remiendos en pliegues de troncos de madera clara. Ese fenómeno sólo acontecía en las tardes ocres de otoño.

Y de aquel rumiar surgieron pliegos irregulares en blancos que lindaban con el tostado. Se esparcieron por doquier en la alfombra otoñal del bosque y cuando el viento comenzó a soplar bajo los pliegos se alzaron formando una figura humana.

Unas gotas de rocío, varadas en unas hojas desde las primeras horas del alba, cayeron sobre los pliegos haciendo el resto. Y aquel Hombre de Papel cobró vida entre perfumes de pino y romero.

Se miró sin ojos y se vio limpio y puro, todo en claro, aunque vestido en ese color nuevo y tostado. Así que para evitar entumecerse comenzó a caminar en el sentido que le susurraba el viento, y conforme marcaba los pasos los pliegos crujieron por debajo inventando algo...

...
algo inconcluso e indeterminado...

... cuentos invisibles, cuentos en susurros, cuentos en lamentos... cuentos, cuentos, cuentos...
... donde deberían estar músculos, tendones y huesos.

Sin embargo otros ondeaban a la vista como papel tostado, a veces como piel, a veces como hojas vivas a punto de levantar el vuelo de un libro de cuentos escrito en blanco.

Y, de este modo, los pasos del Hombre de Papel comenzaron a crear un sendero a lugares desconocidos y nuevos."

-.-

¿Qué le ocurrirá al Hombre de Papel?
...

* foto de aquí.

Castillo de Naipes


"Laura cogió la última carta que quedaba en la caja, aguantó la respiración como hacen los cirujanos en los momentos decisivos y se acercó al castillo.

As de picas.

Siempre había dejado esa para el final. Y el de corazones para el comienzo, porque ella, sin el corazón, no era nadie. Era lo primero que ponía en todo lo que hacía. Aunque más de una vez se lo habían partido y ya había perdido la cuenta de las veces que había tenido que reconstruirlo.

Cada noche... la misma historia: recogía de la mesa el plato de comida que le ponía a su hijo, luego se acercaba a la puerta cerrada de su dormitorio, le susurraba un buenas noches que quedaba sin respuesta y, antes de meterse sola en la cama, intentaba en vano levantar su castillo de naipes. Junto a aquella carta soltó con calma todo el dolor que acumulaba.

Era el as de picas.

Esta vez el castillo ni siquiera tembló. El silencio se hizo dueño de su casa y su cuerpo logró ser, al fin, fuerte recipiente de sus propios sueños, de su alma, y del amor por su hijo muerto...
... que de eso ya había pasado mucho tiempo"

*foto de aquí

Sucio Vecindario


"Susana, la del cuarto, sólo hace el amor los viernes por la noche. Para ella hacer el amor es abrirle la puerta a Pablo para que la folle bien durante quince minutos. Lo sé porque antes de que pase eso se asoma a la ventana de la cocina que da al patio. Entonces él la ve, sube desde el tercero y se la folla en la entrada mientras ella esparce sus gritos por todo el vecindario. Yo no sé para qué se asoma a la ventana si ya tienen el ritmo de sus tiempos metido en el cuerpo. Lo hará como un ritual previo al hecho de aparearse. Es que son como animales.

Susana es viuda, pero aún es joven. Pablo está casado y vive con su mujer y sus dos hijos pequeños sin hacer el menor de los ruidos.

Genaro es homosexual. Una tarde se cruzó conmigo en la escalera y me tiró los trastos, pero le dejé bien claro que no caminaba por el lado de la acera que me ofrecía. Tiene un pastor alemán con un pelaje precioso. Se lo compró de bebé, hace justo un año. Ambos se follan casi a diario. Genaro ya ronda los 50 años, pero es como un animal.

En el primero vive Esmeralda, la encantadora y sucia Esmeralda. 16 años. La chica monta fiestas de instituto cuando sus padres salen de viaje de negocios. Cuando todo acaba sube al apartamento de Fernando con más de media botella de ginebra en el cuerpo. Eso no supone barrera alguna para ponerle la polla bien tiesa al viejo. Fernando es viudo, tiene 70 años y su casa huele a bolas de naftalina quemadas.

Y luego estoy yo. Le doy lo suyo a la mujer de Pablo mientras él se folla a Susana. Para encelar a la madre de Esmeralda le doy clases particulares a su hija mientras todos duermen la siesta, aunque todavía no he logrado averiguar quién grita más... si la cerda de la madre o la sucia de su hija. A Genaro le atrae el olor a naftalina, así que cada vez que sube a ver a Fernando me deja a su pastor alemán para que lo cuide...

... y estoy descubriendo que ni al perro ni a mí nos gusta estar ni un momento solos."

*foto de aquí

La Caja de Música

(Las palabras de este texto no tienen sentido si no oyes de fondo la melodía de la Caja de Música)

"Cuando yo era pequeño mi madre tenía una caja de música encima del tocador de su cuarto. Para mí era un sitio prohibido pero yo solía escaparme y, a escondidas, le daba cuerda a la caja. Luego la abría, sostenía un resorte junto a un espejo y colocaba a la bailarina en su sitio.

Entonces liberaba la pequeña palanca y comenzaba a sonar esta melodía. Y con esa edad yo no sabía lo que era estar enamorado, pero viendo danzar a la bailarina podía imaginar cómo podría ser perder a alguien y no poder tenerla nunca más a tu lado. Y, mientras me la quedaba mirando como si yo fuera el soldadito de plomo de aquel cuento, me veía de mayor, paseando con una chica junto al mar, ambos cogidos de la mano.

Eso imaginaba. Como si fuese ayer.

Hace poco, uno de los días en que amanecí temprano en la casa de campo, me puse a revolver en los trastos, y entre ellos encontré la vieja caja de música. Le dí cuerda en silencio, la abrí y puse la bailarina en su sitio, liberé el resorte y la música me trajo mi imagen de pequeño haciendo lo mismo, solo que ahora no tenía que imaginar amores perdidos. Miraba atrás en el tiempo, volvían, y ellos solos se quedaban colgados en cada uno de los giros que daba mi bailarina de plástico."

*foto de aquí

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Sólo decir...

De Caballeros y Brujas


Ella eligió mesa y él se sentó enfrente, dejando una tercera silla para los abrigos.

"- Pues... como te iba diciendo - continuó él-, en el cuento el caballero llega a la ciénaga donde viven las tres brujas, las tres son hermanas, y son tan horrendas que no pueden mirarse al espejo porque no soportan su fealdad.
- ¿Y luego? - preguntó ella.
- Comienzan a lanzar hechizos y maldiciones contra el caballero, pero lo hacen de tal modo que una comienza una frase, la otra la sigue y la tercera la acaba. Es como si tuvieran un solo cerebro dividido en tres cuerpos.
- Ya entiendo.
- El caballero consigue lo que va a buscar a la cabaña de las brujas y para salir se protege con su escudo, que refleja contra ellas sus horribles rostros, de ese modo consigue escapar.
- ¿Te das cuenta?.
- ¿De qué?.
- Es un cuento machista - dijo ella.
- ¿Ah, sí?.
- En tu historia el caballero es el héroe y las mujeres son brujas, feas y malvadas; viven solas y apartadas del resto. Y para colmo deben compartir un cerebro para las tres.
- Bueno, los tiempos han cambiado. Y más contigo.
- ¿Conmigo? Explícame eso.
- Claro, tú siempre me has dicho que eres un poco bruja, y yo añado que muy inteligente y encantadora... En cuanto a mí... bueno, no soy ningún héroe, no tengo que salvar a nadie, y además no me hace falta ningún espejo para guardar el brillo de los momentos que paso contigo."

(La escena del Caballero con las 3 Brujas está sacada de mi cuento "El Caballero y el Dragón")
*foto de aquí

La Estación de los Sueños Rotos


Hoy no voy a ejercer de cuentacuentos. Iba a contar esta historia como si fuese un sueño pero... ¿cómo se cuentan los sueños rotos?. He parado las máquinas de la fábrica en que se ha convertido Scriptoria para contaros esto con mis propios recuerdos.

Han demolido la estación de tren de mi pueblo.

En sus andenes lloraron vidas y de ellos se han barrido adioses, abrazos y versos. Aquella estación se levantó en torno a 1860 y formó parte de la segunda red ferroviaria del país. Era una de las más antiguas de España. El andén de esa estación fue lo primero que pisó mi abuela al llegar a Andalucía, con tan sólo 15 años. Y de allí tuvo que partir en los años de posguerra, sola, y con cinco hijos bajo el brazo.

Sobre aquel andén se dejaron besos que flotaron en el aire encendido, a fuego y a sangre, entre dos Españas enfrentadas en una absurda guerra de casapuertas.

Allí esperé a amigos, al viento, a amores perdidos. Allí he repasado las últimas líneas para un examen, he escrito, he llorado, he reído. Y hasta intenté averiguar a veces, mirando el reloj que colgaba del techo de la estación, las horas que me quedaban para sentirme vivo.

Y ahora todo se ha roto a golpe de grúas, metales, hierros y ni un solo grito.
Maldigo a todos los responsables que han permitido que el patrimonio de los sueños rotos se vea engrandecido por la riqueza de sus bolsillos... sean quienes sean... yo los maldigo.

*fotos de la estación de mi pueblo (Principios S. XX. Archivo histórico municipal).

Mi Papel














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Vestida de Rojo


(Puedes oír la versión a piano o la original -yo recomiendo la primera- pero, como diría ella, elijas el "Sweet Child Of Mine" que elijas... pulsa Play y ponte de rodillas... ¡Son los Guns!)

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Música: Sweet Child of Mine (Guns´n´Roses) (piano/original)
Letra y traducción

"Ella tiene los ojos verde abismal. Son los ojos de una actriz que dejó demasiado pronto los escenarios. Aunque diga que no, que no son abismales, y que no fue actriz, pero yo sé que algo de ella se quedó a vivir entre los entresijos y bambalinas del sueño de una dulce noche de verano.

Como algo de ella se va quedando, poco a poco, en cada persona que acaricia, que toca, que palpa... y que siente bajo la piel que cura y alivia con sus propias manos.

Y esto bien podría ser el comienzo de un cuento incompleto de una dulce niña que, de mayor, quería curar el color rojo de las personas enfermas. Así que una mañana su madre le enfundó por sonrisa un vestido carmesí, para que se acostumbrase al roce y a los golpes de su tonalidad...

"Rojo. Porque es el color de muchas cosas" le diría perdiéndose en su verde mar.

El que más huella deja sobre la piel, el color de cuando haces el amor, de cuando sufres, ríes, te enamoras, lloras o te enfadas. Y al crecer lo comprendes, y dejas un hueco en la palma de tu mano para ver si ahí puede caber todo el dolor en rojo que guardamos, el tuyo propio, el de las personas que amas. E intentas hacerlo roca para lanzarlo bien lejos, como si fuera una pequeña piedra que ni el viento hará temblar...
... para que llegue más allá de la línea del horizonte, que la tuerza... y que no vuelva...

... que no vuelva
... que no vuelva.

Y en mi cuento incompleto mi dulce niña aún no se ha hecho mayor; sujeta con la punta de sus dedos los bordes de su vestido, y baila y salta al son de la música de la vida, y ríe y vive al son de las palabras que cantas.

Esto bien podría ser el comienzo de un cuento incompleto, pero no lo es, es...
... sólo un pedacito de ella."

*foto de aquí

Sólo Sexo


"Sólo quiero follarte. A mi manera, esa de la que te hablé mientras intercambiábamos e-mails. Me monto en mi coche y conduzco hasta tu casa, no vivimos muy lejos el uno del otro, sólo serán un par de horas de trayecto, quizá algo menos si piso a fondo.

A mí me gustaron las fotos de tu blog, a ti te gustaron los cuentos y los sueños del mío. ¿Para qué vamos a seguir hablando? ¿Para qué saber más el uno del otro? Te gusta lo que lees, me gusta lo que veo.

Nada más aparcar en tu calle llamaré a tu puerta, tú me abrirás y yo te dejaré un minuto para que me veas. Luego te miraré a los ojos, de cerca, tanto que vas a poder alimentarte de los suspiros calientes que se escapen de mi boca, entonces te plantaré un beso en los labios, y abriré los tuyos con mi lengua.

Te agarraré por los brazos y te llevaré a tu cuarto, y allí te tumbaré sobre tus sábanas de color canela. Tú ya habrás esparcido mis cuentos impresos por ella, yo esparciré tus fotos, mi libreta abierta... y cada una de tus prendas.

Te llamaré puta, pero sólo te llamaré puta por vicio, puta de mi sexo, no porque realmente lo seas. Tú llámame lo que quieras. Y mientras te lo llamo pondré con cuidado tu espalda sobre las sábanas y dejaré que tus piernas se eleven por encima de mis hombros. Te follaré duro al borde de tu cama, haciendo crujir tu pelvis...

... yo me tragaré mis ansias.

Será un acto desesperado, pasional y salvaje, como si se nos escapase el doble de tiempo de las manos, o una nube negra estuviese detrás nuestra, a punto de tragarnos.

Y cuando nos hayamos corrido tu flujo enturbiará la tinta de mis cuentos y mi semen condensará el brillo de tus fotos en un recuerdo. Luego escribiré en negro unas palabras sobre tu cuerpo sudado, te daré un beso, suave, y me marcharé...

... quizás para siempre. Nunca se sabe"

*foto de Alfredo Le Fort (flickr)

Mi Pequeño Desastre


Ella: pero... si al final, cuando te tengo delante, pienso que todo me vale la pena, que me encantas, que necesito tenerte cerca, que te quiero en mi vida y... y todo lo demás desaparece.

Él: ¿Sabes lo que más me gusta de ti?

Ella: ¿Qué?

Él: Cuando metes la pata en algo, en algo pequeñito, y pones esa cara y sonríes, y dices: "uy..."

Ella: Jajaja, la lío siempre.

Él: Me gusta eso de ti, el pequeño desastre que eres. Como cuando nos olvidamos el coche en el parking de aquel supermercado, o ibas al aeropuerto con toda la documentación caducada, o cuando quedamos y me dejaste bajo la lluvia sin darte cuenta, pasando de largo con el coche... y también cuando decidiste salir a poner la valla del jardín en mitad de aquel vendaval. Te llamaré así: Mi pequeño desastre.

Ella: Llámame como quieras... pero llámame.

*foto de aquí